Kosaten
Acrílico sobre papel japonés, 2022
La palabra japonesa “intersecciones” bautiza la colección más reciente de Esther Mir.
Una serie de piezas definidas por la sucesión regular de líneas horizontales y verticales,
en diferentes gruesos y el estallido cromático de los tonos inventados, únicos,
inconfundibles, a partir de mezclas que revelan un profundo dominio del color.
Cruces de caminos que se revelan sin preparación ni premeditación, en un juego de
profundidades que genera una hipnótica sensación de movimiento. Una serie con obras
en tres tamaños que, en cualquier caso, no nacen de cero: los colores brotan sobre un
fondo de rica textura: papel japonés adquirido en Kioto.
Sobre esta base que reafirma sus vínculos con la cultura nipona, la artista improvisa con
total libertad, aplica los colores sin perder de vista sus puntos de referencia. Dorado
clásico, dorado antiguo, dorado renacentista. Y, de nuevo, la geometría. Pinceladas
libres que, sin embargo, emparentan las diferentes colecciones y dan una profunda
coherencia a toda la obra.
Fotografía Mas-aqui
Texto Belén Ginart